Estela Capilla I (Fotografía: Vicente Novillo)
Estela de guerrero de El Viso IV (Foto del Catálogo del MAPBA)
A partir de los primeros hallazgos de las estelas decoradas a finales del siglo XIX por Roso de Luna (1898) y el Marqués de Monsalud (1898) se inicia un proceso de estudio y análisis del fenómeno de las estelas o losas decoradas del Suroeste peninsular, que en un principio se ciñó a la descripción de sus elementos figurativos para más tarde, primera mitad del siglo XX, comenzar los debates sobre su origen o filiación cultural, caso de las teorías de Mac White (1947 y 1951)1, Sprockhoff (1930 y 1954)2, Hencken (1950)3.
A partir de los años 60 del siglo XX se elaboran estudios sistemáticos que se plasmarán en los corpus de Fernández Oxea4 (1950) y Almagro Basch5 (1966), continuándose en la década de los 70 con la elaboración de tipologías basadas en la presencia o ausencia de elementos iconográficos en las estelas, de ellas las más conocidas y utilizadas fueron las de Pingel (1974), Varela Gomes y Pinho Monteiro (1977), y la de Almagro Gorbea (1977); quienes, además, exponen sus teorías eclécticas sobre el origen e influencias culturales, principalmente atlánticas y mediterráneas, partiendo de las representaciones grabadas en las estelas.
Para no alargar excesivamente este apartado concretaremos las distintas teorías sobre la filiación u origen cultural de los elementos representados en las estelas (Celestino, 1990) en los cinco grupos siguientes:
Origen indoeuropeo: Almagro Basch (1966) y Curado (1984 y 1986) serían sus defensores al mantener que las armas representadas en las estelas procederían del centro y norte de Europa por pueblos indoeuropeos que se desplazarían hacia zonas meridionales por la presión demográfica y la búsqueda de metales.
Origen atlántico: Coffyn (1985) y Barceló (1989) mantienen la tesis de la procedencia atlántica de los objetos representados en las estelas, en concreto y principalmente, en las espadas de “lengua de carpa” y los escudos de origen irlandés, todos ellos anteriores a la colonización fenicia.
Origen fenicio: Según Blázquez (1983, 1986, 1987 y 1989) los elementos representados procederían de las costas fenicias y llegarían hasta la península Ibérica a partir del siglo VIII como consecuencia de la colonización del Mediterráneo occidental. También Almagro Gorbea en sus trabajos de 1989 y 1990 aboga por esta teoría aunque matiza los planteamientos expuestos.
Origen egeo: Bendala Galán6 en todos sus trabajos sobre el tema, a partir de 1977, incide en la procedencia griega de los objetos iconográficos de las estelas del suroeste peninsular al compararlos con el período Geométrico griego de las cerámicas áticas. Se basa fundamentalmente en el análisis de los instrumentos musicales de las estelas, liras principalmente, y los rituales funerarios egeos que él relaciona e identifica en la estela de Ategua.
Eclecticismo e indigenismo: Intentan compaginar las teorías atlánticas y mediterráneas, aumentando el intervalo cronológico desde el siglo IX hasta el VII. Esta postura la mantienen los sistematizadores de las tipologías de la década de 19707.
1 WHITE, E. MAC. (1947 y 1951): Sitúa el origen de los escudos con escotadura en V en el Mediterráneo Oriental (Samos y Chipre) y desde allí se extendieron hacia Europa Central y Nórdica, después pasarían a Irlanda y a la Península Ibérica con el comercio atlántico. La cronología que deduce es muy baja situando las estelas extremeñas entre los siglos VI y IV a. C.
2 SPROCKHOFF, E. (1930 Y 1954): El origen de los escudos con escotadura en V lo sitúa en Irlanda desde donde a través de Europa Central llegarían a Chipre y desde el Mediterráneo Oriental hasta la Península Ibérica; es decir, la ruta que propuso Mac White pero en sentido contrario.
3 HENCKEN, H. (1950): Sitúa el origen de los escudos con escotadura en V en Grecia y mantiene una postura ecléctica en lo referente a su difusión intentando conciliar las teorías de Mac White y Sprockhoff, dando validez a las dos rutas que partiendo del Mediterráneo llegarían ambas a la nuestra Península.
4 FERNÁNDEZ OXEA (1950): Estudió las doce estelas conocidas hasta el momento analizando los elementos representados y confeccionando un mapa de dispersión geográfica. No entró en los debates sobre el origen y difusión de las representaciones, pero enunció su idea de que las estelas serían una evolución de las losas del Alentejo portugués.
5 ALMAGRO BASCH, M. (1966): Amplía el corpus iniciado por Fernández Oxea, ya se había duplicado el número de las estelas conocidas (25 en total), y se había ampliado el área geográfica donde se encontraban (Andalucía y Francia). Además del estudio de los elementos representados en las estelas hace lo propio con las diversas teoría conocidas hasta entonces sobre la significación, difusión y cronología de las estelas del suroeste y las losas alentejanas que él considera anteriores.
6 BENDALA GALÁN, M. (1977): “Notas sobre las estelas decoradas del Suroeste y los orígenes de Tartessos”. Habis, 8, Sevilla, pp. 177-205. Véase también sus obras de 1979, 1983 y 1987.
7 PINGEL, V. (1974); VARELA GOMES, M. y PINHO MONTEIRO, J. (1977); ALMAGRO GORBEA, M. (1977); y, en Extremadura, ENRÍQUEZ y HURTADO
Cándido González Ledesma 2007