El espejo ha tenido gran importancia a lo largo de la historia por relacionarse con los rituales funerarios; no obstante, en la época que nos ocupa los espejos procedentes de oriente tenían un carácter mágico que daría prestigio, como objeto raro y costoso que era, a su poseedor.
Las formas de los espejos son variadas, con predominio de las cazoletas redondas o ligeramente ovaladas, de formas cuadradas (Cabeza del Buey I), rectangulares (El Viso IV) e, incluso, acampanadas (Benquerencia de la Serena) Los mangos también muestran singularidades, aunque con predominio de los mangos rectos simples, son los casos de mangos con un remate en su extremo (Capilla II, Castuera y Zarza Capilla I), mangos con dos o tres borlas (Cabeza del Buey III, Magacela y El Viso VI, generalizándose en la zona IV del Guadalquivir), sin olvidar los que tienen un travesaño para separar la cazoleta del mango (Castuera y Valdetorres I) y muy corriente en el área andaluza.
Tipos de espejos según zonas geográficas (S. Celestino Pérez)
La distribución geográfica de las estelas con espejos nos permite hacer las siguiente consideraciones evolutivas y compositivas de los espejos:
En la zona I (Sierra de Gata) solamente aparece el espejo en la estela de San Martín de Trevejo en su parte inferior y grabada mediante la técnica del contorneo.
Zona II (Tajo-Montánchez): Se representan espejos en casi el 50 % de las estelas. Entre las losas el_viso_IVbásicas solamente aparece en la de Alburquerque con características similares a la de la zona I. Si no hay antropomorfos las cazoletas están contorneadas con la excepción de la de Brozas, que, como en las más complejas comienzan a grabarse los espejos mediante la técnica del rebaje.
Zona III (Guadiana-Zújar): Los espejos se graban en casi el 80 % de las estelas. Las posiciones en que se muestran los espejos son más variadas: cerca de las manos del guerrero, sobre su cabeza o en zonas más periféricas.
Zona IV (Guadalquivir): Aparecen espejos en el 50 % de los casos. Todos se graban junto a la mano derecha y aumentan los detalles en los mangos con tres borlas y travesaño para separarlos de las cazoletas con la única excepción de Écija III.
Cándido González Ledesma 2007