Los carros han sido y son el elemento más debatido, sobre todo, por su funcionalidad: si bélica, transporte o rituales funerarios. No han sido localizados en registros arqueológicos hasta 1986 con el estudio de la rueda de Toya. Se ha debatido sobre su procedencia, centroeuropea o mediterránea, aunque últimamente predomina la segunda.
Carros según zonas geográficas (S. Celestino Pérez)
El total de ejemplares datados en las estelas sitúa en un 30 % aproximadamente su representación en el conjunto de las estelas y Fernández Miranda y Olmos (1986) consideran un solo tipo generalizado para usos bélicos o de paradas militares, mientras Celestino (1985) incide en la dificultad del uso guerrero de los carros en terrenos y zonas tan accidentadas como son los lugares donde aparecen las estelas, por lo que se decanta por el uso en rituales funerarios tal como se aprecian en las estelas de Ategua y Zarza Capilla III o en Cabeza del Buey IV.
Por zonas tendríamos las siguientes conclusiones:
En la zona I (Sierra de Gata) no hay representaciones de carros.
En la zona II (Tajo-Montánchez) aparecen carros tanto en las estelas básicas (Valencia de Alcántara I, Valencia de Alcántara II y Torrejón el Rubio I) como en las de transición con la aparición del guerrero (Solana de Cabañas, Zarza de Montánchez y Las Herencias I)
En la zona III (Guadiana-Zújar) aumentan las representaciones de carros (un 37 %) en las estelas de Cabeza del Buey I, Cabeza del Buey II, Cabeza del Buey IV, Capilla VI, Zarza Capilla I, Zarza Capilla III, Valdetorres II, El Viso I, El Viso II, El Viso IV, Olivenza y Orellana de la Sierra.
En la zona IV (Guadalquivir) disminuye el porcentaje de carros destacando los de las estelas de Carmona, Écija V y Ategua.
En las zonas periféricas aparecen en Capote (Higuera la Real) y Fuente de Cantos.
Cándido González Ledesma 2007